FELIZ NAVIDAD

Foto de mi autoría. La obra también es mía, de 2003, sí, tiene 20 años.

Se trata de un belén conceptual realizado con piñas pintadas que representan a San José, la Virgen María y el niño Jesús.

Se requiere permiso para reproducir foto u obra.

Lo dicho:

FELIZ NAVIDAD. PRÓSPERO AÑO NUEVO.

(Un clásico, si funciona no lo cambies)

NEURODIVERGENCIA Y ESTIGMA… DIVERSIDAD EN EL SIGLO XXI

¿Te dije que odio este siglo? Pues ya te contaré en otro lugar. Pero sería de imbéciles rechazar el todo, negarse a la inmersión (si provienes del siglo XX como yo), no jugar con sus mínimas reglas, quedarse al margen del planeta actual. No puedes envejecer mentalmente tan pronto, no cuando el futuro está aquí, aunque sea distópico y aterrador. Todavía vislumbro cierta salvación.

En salud mental, la gran lucha ha sido contra el estigma. Dices que tienes una enfermedad mental y zas, te has quedado sin novio, sin amigo, sin familia (te tratan mínimo como raro, a veces basura, dicho pronto y mal), hasta sin trabajo. Tú a solas con tu enfermedad. Claro que dan ganas de luchar contra ese poder invisible que te ha rechazado. Releo lo escrito en 2006 y no cambio de opinión: https://carnedepsiquiatra.blogia.com/2006/060101-lucha-.php

Sin embargo, algo se ha avanzado como sociedad, hay oportunidades para todos. Y según el infame DSM, la última versión 5 de 2013 (revisada en 2022), todos estamos trastornados. Cada conducta tiene su etiqueta y todas pueden constituir un trastorno. ¿El interés? Si todos estamos locos, nadie lo está.

(Nota: leo un artículo sobre nuevos trastornos incluidos en el DSM-5 y reparo en que describe a la perfección uno que poseo, uno que psicólogos y psiquiatras no han sabido explicar. Conclusión precipitada: no se han actualizado).

En su día también hablé de los NEURODIVERGENTES. https://carnedepsiquiatra.blogia.com/2006/122301-neurotipicos-o-los-normales-.php y hoy vengo a contarte que la neurodivergencia (o neurodiversidad) se está abriendo paso.

No hay que ser futuróloga o visionaria: la DIVERSIDAD en estos días ha explotado en todas sus variantes. Las culturas, las razas humanas, los géneros, preferencias sexuales, la figura ancha o delgada, absolutamente todo, en moda todo se lleva, todos los estilos, cortes y colores de cabello. Lo puedes ver en las calles españolas, todo es aceptado, celebrado y busca su lugar en la sociedad con mayor o menor éxito.

Hoy día, para asombro de nadie, depresión y ansiedad son palabras comunes, tanto que son usadas sin designar los auténticos padecimientos. Bipolar también se convirtió en adjetivo de uso juvenil, como autista. ¿Hay desinformación al usar estas palabras? Claramente, pero también aceptación como realidad y expansión del término, que se convierte en palabra común.

Internet se popularizó entre 1990 y 2000, pero vi los mayores cambios en el siglo XXI. Adoro Internet porque me sacó de mi barrio, mi ciudad y mi mundo cerrado, allí conocí a mis almas gemelas y a mis compañeros de males en un foro del que hablé aquí https://carnedepsiquiatra.blogia.com/2004/120303-mi-familia-bipolar.php

Internet interconectó a lo que entonces se llamaba aldea global en algo más concreto, una red tangible y mundial de individuos que podían conocerse, tú en España el otro en India (experiencia real), algo digno de profecía de Baba Vanga. Con Internet se acabó la soledad. Mis semejantes se reunieron en grupos de ayuda mutua (GAM) como el foro descrito y otros como Bipolarneuro, ambos desaparecidos; si buscas uno, el último que he encontrado está en Experiencia Bipolar: https://www.experienciabipolar.org/actividades-noviembre/.

A través de otros intereses, encontraba a mis compañeros de males, integrados en la sociedad (donde debemos estar), llámese grupo de cine, música, libros… cada cual con sus gustos. Allí estaban también, porque agárrate:

estamos en todas partes, los neurodivergentes.

En el siglo XXI todo el mundo está encontrándose, a sí mismo y a sus semejantes, y reivindicando su espacio en la sociedad homogénea imperante, que nos ha gobernado durante milenios (con mínimas modificaciones).

En el primer mundo se está construyendo una sociedad que no estigmatiza (encasilla) ni a la mujer por ser mujer, ni a muchas otras personas. Es la hora de las mujeres, de las lesbianas, de las gordas, y por qué no, de las bipolares. Es la hora también de los hombres, y por supuesto también de los hombres blancos del siglo XXI, rechazados a veces por supuesta venganza y reparación históricas.

La diversidad es una oportunidad, también un monstruo de cien mil cabezas. Se denuncia la propaganda en el entretenimiento (inclusión forzada) y quizá no se equivocan, pero nadie puede negar la diversidad humana, que no consiste tan solo en el aspecto exterior.

SI ESTE MOVIMIENTO SOCIOCULTURAL NO ACABA CON EL ESTIGMA DE FORMA NATURAL, YA NADA LO HARÁ.

Vídeo: el músico y YouTuber Alvinsch, habla sobre la neurodivergencia desde su perspectiva, el autismo. «Las neurodivergencias a las que llamamos trastornos implicando que son enfermedades es una manera bastante enferma de verlo, ¿no? Porque creemos que quien es diferente está enfermo y patologizamos las diferencias, y por eso a los autistas les decimos trastornados, cuando en realidad es simplemente es otra manera en la que los humanos existimos. Mi cerebro funciona distinto, pero eso es bueno».

10 cosas sencillamente maravillosas de (mi) la vida

Basta de pesimismo. Los fármacos, una vez eliminados algunos y con reducción de dosis, me mantienen estable, y cruzo los dedos. Me siento bien, he mejorado enteros desde el verano. Me piden razones por las que la vida es bella. Hay una cara B de este tema, mi odio al siglo XXI por tantas razones que expondré en otro lugar. Ahí va una relación no exhaustiva, improvisada, de cosas que hacen maravillosa mi vida, muy sencilla, sin lujos.

1. Una cosa bella de la vida es tomarse un café (con o sin leche) a primera hora de la mañana con la primera luz. Si es fin de semana o festivo, tomarlo en la cama con tu pareja.

2. Algo muy bello de mi vida es despertar cada día con un mensaje de un amigo con los «Buenos días, mademoiselle» enviado sobre las 2 a.m. A veces no puedo esperar por la ilusión y lo abro de madrugada si despierto para ir al baño.

3. Me maravilla disfrutar como una enana de comida que odiaba de pequeña, sobre todo platos de cuchara como lentejas con chorizo, o platos «feos» como un estofado de carne.

4. Maravilla una conversación sin fin, que cada día empieza con una frase de la anterior o incluso se retoma al cabo de los años, como si de ayer se tratase.

5. Descubrir un relato nuevo de uno de tus escritores favoritos clásicos, o que un autor admirado contemporáneo publique otro libro. Que esas obras se representen en teatros, cine o televisión. Eso es pura ilusión y por tanto me maravilla.

5. Es tan bello crecer con tus familiares y amigos, recorrer etapas juntos. Reconocerles cada día, comprobar cómo cambian con los años, descubrir una faceta nueva que no había salido a la luz.

6. Es una bella sensación el asombro que proporciona aprender algo que ni sabías que existía, abre todo un mundo de posibilidades y todas ellas pueden ser maravillosas.

7. Los dones o el talento humano, la infinitud de formas que adopta la creatividad e inteligencia es bellísima cuando las personas se dejan conocer, cosa muy rara en estos tiempos superficiales.

8. Bellísimo es dormir, te lo dice una insomne. Un día tomé un antihistamínico (no recuerdo cuál o me hubiera hecho adicta) que me sumió en la sensación primigenia del sueño de la inocencia infantil.

8. El amor romántico y el amor físico, el amor en el seno de la familia… El amor a lo Divino. El amor es la gran maravilla de la experiencia humana.

9. La maravilla tras el aburrimiento: la mente busca distracciones, aprovecha para improvisar sobre lo que conoce para crear lo inimaginable. Yo dejé de aburrirme por ejercitar la curiosidad, una gran belleza de la vida.

10. El sol, dios supremo en tantas culturas, ha sido lo más importante en milenios para la humanidad. En cambio, ahora nos encerramos en nichos para habitar y pantallas para vivir virtualmente. Es tanta la belleza de los rayos de sol, y tantos sus beneficios para la salud, en especial para la depresión.

Comenta sobre la belleza y maravilla de la vida, quiero verla también con tus ojos.

P.S. Este escrito ha sido inspirado por mi compañero de fatigas «Pablo», aquí tienes su historia https://carnedepsiquiatra.com/2023/09/22/pablo-hare-lo-que-haga-falta-incluso-ingresar-de-nuevo-por-mi-hijo-el-principio-y-el-final-de-esto/

¿DE QUIÉN FUE LA IDEA DE UN DÍA MUNDIAL?

Para empezar: los días mundiales de (no me importa) son inútiles estupideces del «primer mundo», de nada sirven. «Hoy es el día de…» es una frase que se olvida nada más escucharla. Hablan de visualización de colectivos y para ello se gastan cantidades ingentes de dinero en actos públicos donde hablan expertos o en fiestas que salen por televisión. Hace dos días me sorprendió el

DÍA MUNDIAL DEL SUPERVIVIENTE AL SUICIDIO.

No me lo podía creer. Estaba viendo que existía una conferencia de dos horas en YouTube, ¿para quién iba destinada? No podía interesarme menos, siendo afectada. Te diré que una superviviente como yo, ya que sigue aquí en este plano de la realidad, intenta superarlo (ya está superado, supéralo tú, que organizas esta celebración), intenta pelear ¿hasta que vuelve a rendirse? Nadie puede ayudarme con problemas que todo el mundo tiene en esta sociedad enferma. Suma la enfermedad mental, y agita la coctelera en un mal día, un episodio depresivo…

¿Imaginas que de un día pasamos a un mes, como tienen un par de causas de moda, que se han pasado de célebres? Qué pesados, un mes siendo visibles, por favor iros a casa y haced vida normal, si eso existe. Los supervivientes tenemos bastante con sobrevivir para que nos toquen la moral recordando nuestra desgracia aunque sea un día al año. ¿O monto un grupo en Facebook para regodearnos con historias de cómo lo intentamos? (La tele ya da malas ideas cada día).

Qué ridículo es todo, entiendo muy bien el dolor de los familiares pero yo como superviviente lo que necesito es una buena Sanidad («prevención», bonita palabra), ¡qué mala suerte! no la hay en el tema mental. Me voy a atrever a decir que por culpa de la CORRUPCIÓN de los políticos de todos los colores y la nula prioridad a este tema. No se sustituyen psiquiatras, psicólogos o asistentes sociales cuando hay bajas, por no decir que te dan cita cada dos meses o más. En el psiquiátrico te puedes volver más loco porque tu compañero de habitación te hace la vida imposible gritando o con sus monólogos en voz alta, por favor a estas alturas de la película ir a salud mental en la pública es sinónimo de EMPEORAR.

Y me hablas de un día mundial. Que no pille al culpable de semejante despropósito.

GUÍA #TRASTORNOBIPOLAR

Toda información es poca. Libros o folletos no importa qué, los releo, por experiencia y tantos años dándome en la misma piedra. Con cada depresión empiezo de cero, más de una vez el ABC de la psicoeducación se ha escapado.

Material de la Asociación Bipolar de Madrid encontrado en X (antes Twitter). Por cierto, puedes seguirme, estoy como @carnedepsiquia1

THOR: PINTANDO LA #ADICCION A LA #COCAINA

Thor vive en Madrid, me cuenta que es hijo adoptado, y tiene 35 años de edad. Está ingresado por adicción a la cocaína. 

Thor y yo compartimos pasillo en el hospital. Él y otros cuatro de «patología dual» (enfermedad mental+adicción) eran el alma de la planta, siempre vitales, con una fortaleza enorme, unos tipazos o tiarrones impresionantes. A veces sucumbían al sufrimiento (¿has visto llorar a un hombre de 40 años en arrepentimiento sincero? Te rompe el corazón) pero otras parecían estar de vacaciones en una segunda juventud, sin más preocupaciones. Parecía que el ingreso les quitaba 20 años mentales y a su lado también me llegué a sentir más joven.

Supe por Thor y otros de este tema tan duro, la adicción a sustancias. Por supuesto que la palabra «duro» no hace justicia pero ¿acaso hay algo en un psiquiátrico que no sea duro?). Terrible, asqueroso…. Busca lo que más te impacte en los sinónimos del lado oscuro de la vida.

Thor se reveló como el conseguidor del lugar donde nada estaba permitido tener. Almacenaba desde fruta y pastelitos hasta vapers (para poder fumar en la habitación), y por supuesto me hice clienta. Uno de los personajes más carismáticos de la clínica, por supuesto me hice fan.

Así fue nuestra entrevista.

Mi primera pregunta fue sobre el shock cultural que significaba entrar a esta clínica. De forma muy gráfica me cuenta el miedo que le inspira el aspecto de algunas personas, menciona tres casos de especial impacto, el primero un chico de unos 20 con un tatuaje rojo en la frente. Un hombre de unos 40 que tenía los ojos grandes y redondos, pero además salidos, y abiertos como platos, sin parpadear. O el de una chica de unos 30 tan drogada por la medicación, sin expresión facial alguna, que asimiló con una zombi. Thor tenía pánico a acabar con aspecto rarísimo, o la baba colgando.

ULTIMÁTUM FAMILIAR TRAS 3 AÑOS DE CONSUMO

El problema de Thor viene de lejos, unos tres años o más. Antes era más esporádico, pero hace poco el consumo ya era diario y masivo. Me cuenta que aquí casi nadie ingresa voluntariamente, sino por ultimátum de la pareja o padres.

Se dan conversaciones genéricas como:

– Te he pillado.

– No lo volveré a hacer.

Pasan pocos días y:

– Te he pillado de nuevo.

– (Mientes, te vas y pillas droga).

Tiene pareja y un hijo menor de 2 años. Su pareja no conocía la magnitud del problema, creía que sólo consumía los fines de semana. Fue su padre quien descubrió el pastel por donde nunca se puede ocultar: el dinero, el agujero financiero, el despilfarro. Thor calcula: el gasto medio era de unos 60€ diarios (de 40 a 100… haz cuentas, unos 1900€ al mes). La cocaína, combinada con alcohol, tabaco… todos los vicios (sic) sumados, unos 2500€ al mes fácilmente.

Thor es pintor decorador, experto en alta decoración. Pintura de casas, pero ha pintado de todo, hasta aviones, desde que tuvo 18 años, cuando decidió prepararse para ganarse muy bien la vida sin estudiar, por lo que trabajó muy duro para alcanzar un buen nivel.

DEL DESPILFARRO TOTAL A LAS MONEDITAS

Hay muchas medidas para que no compres droga o no te la traigan. En este ingreso no le dejan tener dinero en efectivo, tampoco tarjetas… Solamente puede acceder a 10€ diarios de cajero. 

Su padre paga la totalidad del ingreso, incluidos los gastos de cafetería etc. Este fin de semana es su tercer permiso para salir. Está pensado para que el paciente en rehabilitación vaya tomando contacto con el mundo exterior, familiar… Y a la vuelta, le espera un control de orina (10€ de nada).

No tiene problemas con el alcohol, pero aquí le han recomendado que ni siquiera eso consuma. Ha analizado su modo de vida y se ha dado cuenta de que su casa está en un «foco de peligro» (amistades, camellos…). Ha tenido que dejar a su socio porque era consumidor, incluso cambiar su número de teléfono para conseguir nuevos clientes desde cero. También tiene muchos proyectos para el futuro, entre ellos vivir en un lugar más apartado donde su hijo pueda disfrutar de un jardín.

Está claro que su propósito es salir limpio, por supuesto no recaer. No he sabido más, pero por lo poco que le conozco, sé que tiene la fortaleza de un toro.

Su frase para lectores y gente que esté en su situación:

HAZ CASO MIENTRAS LA GENTE TE DIGA LAS COSAS PORQUE TE QUIEREN. PREOCÚPATE CUANDO DEJEN DE DECÍRTELAS, PORQUE YA PASAN DE TI.

ALEJANDRO: EL #SUICIDIO DE UN MÚSICO

Vi por primera vez a Alejandro en el momento de su ingreso, y su aspecto era bastante lamentable. Al traspasar las puertas de la clínica, eres recibido por un doctor de guardia que te pregunta cuatro cosas. En otra parte (por ejemplo, la seguridad social), irías directamente a un box o una habitación más o menos tranquila con una cama. No es el caso de esta clínica privada: es obligatorio el paso por la oficina de Administración, para pagar una fianza de cientos de euros y firmar un contrato, no importa tu estado. En la salita de espera coincidí con él (yo iba a pagar una factura). Luego supe por qué lucía así. Esta es su historia, narrada por él mismo.

Este es el tercer ingreso de Alejandro, y el primero en un psiquiátrico privado. El motivo de todos ellos ha sido el mismo: ha querido quitarse la vida, morirse, dejar de existir, suicidarse, desvivirse (empleado ahora eufemísticamente para evitar la censura en las redes).

Alejandro (Madrid, 50 años) es músico profesional. Explica que la profesión es inestable. Piensa que no ha sabido manejar la inseguridad laboral, que hubiera dominado mejor el trabajo, al menos de forma más ordenada, de haber tenido mejor salud mental. «Las situaciones de estrés emocional te pueden llevar a malos hábitos como el consumo (moderado) de drogas, además del abandono de la salud física: no hacer deporte, trasnochar».

¿Qué se siente en depresión?

Responde con otra pregunta.

¿Recuerdas la película «La historia interminable»?

Empieza a disertar: la Nada, que es un elemento de La historia interminable, es el vacío absoluto, pero lo acapara todo. Es la negación de la vida. Es el síntoma de un ego enfermo. La desaparición de la esperanza, la muerte en vida.

Su detonante fue EXISTENCIAL: no quiero existir en este EGO ENFERMO en el que me he convertido.

En la Nada podía trabajar, pero seguía siendo Nada. Si trabajaba, el sufrimiento descendía al fijar su atención en otra cosa. Dejó de trabajar tres meses en depresión.

Le pregunto si su música transmitía algo en esos momentos. Él responde que no lo cree, con una excepción: cuando participaba en alguna improvisación de jazz. Al crear música en vivo le aparecía un fogonazo de luz, pero era una sensación fugaz, se iba al momento. «La improvisación te hace sentir vivo, se iba el dolor, pero no era euforia». Con los trabajos más mecánicos bajaba un poco el dolor, pero seguía ahí.

Su depresión fue exógena, debida a múltiples factores. Alejandro analiza improvisada pero sistemáticamente los más importantes:

1) Los malos hábitos, en especial la droga como autodestrucción. 

2) No cuidar la higiene mental. 

3) Una personalidad poco firme, donde ha fallado a veces por querer agradar a todo el mundo. Su autocrítica es dura: no ha sabido decir que no, poner límites a ciertas actitudes o personas.

Esto le creó un cóctel explosivo en la cabeza, donde la fragilidad dominante se vio convertida en depresión profunda mediante detonantes tales como el estrés laboral, elegir mal a los compañeros de piso… Con tal sufrimiento, reducir el malestar ingiriendo alcohol fue el ingrediente definitivo.

«El trabajo de músico profesional es demasiado exigente socialmente. Se conoce y trata a muchísima gente. Esto conlleva lo bueno pero también riesgos si no lo sabes manejar. Si no llevas una vida ordenada, al contrario vas de copas y cocaína… te caes con todo el equipo».

¿Cómo se pasa de la depresión al intento de suicidio?

Alejandro se pone muy serio: «cuando la Nada lleva tanto tiempo instalada en tu vida, quieres acabar con esa posesión, con algo que es ajeno pero está dentro de ti. Cuando tu mente está tan agotada y nada funciona, la salida es la aniquilación. No podía aguantar más. Si no puedes acabar con «el bicho», con la Nada, acaba con el bicho, con la Nada. Es como si el mayor enemigo, ese ego enfermizo, fueras tú. Acabas con ese ego, le rebanas el pescuezo, y como daño colateral mueres tú».

Primer intento de suicidio: hace un año tomó pastillas. Llamó al 112 e ingresó voluntariamente.

Segundo intento: tomó pastillas. No pidió ayuda, un familiar lo encontró en la cama inconsciente.

La depresión se lo comía vivo, su ego enfermo lo devoraba.

Tercer intento: se hizo heridas con un cuchillo en el cuello y brazos, perdió mucha sangre. Me enseña unas cicatrices espantosas y da gracias porque puede seguir tocando. 

Cuarto intento: completamente deprimido, ayunó tres días y urdió un plan. De esto hace dos semanas.

La familia y amigos de Alejandro eran ajenos a su estado de gravedad, consiguió disimular su depresión de tal forma que no vieron venir lo inevitable.

CUARTO SUICIDIO: LA MOCHILA DEL TERROR

Nota de Carne de Psiquiatra: tras la entrevista, Alejandro contó la historia del cuarto suicidio, el que le llevó a la clínica, a otros pacientes en forma de monólogo cómico. Me resistía a publicarla, me decía ¡pero este tema es demasiado serio! Concluí que hay un componente muy sano en reírse de uno mismo y de los sinsentidos que podemos llegar a pensar y hacer en esos estados alterados de conciencia llamados depresión profunda con ideas de autólisis o suicidio. Son delirios para cualquiera, pero muy reales para los que hemos estado ahí.

Azufre – Cuerda de tender – 100 pastillas – 1,5 gr de Ketamina – 1 cuchillo – 8 latas de cerveza

Era el plan definitivo de la A a la Z. Quería ahogarse. Si no funcionaba, rajarse la femoral y desangrarse. Si nada de esto servía, las pastillas y ketamina. La última opción era ahorcarse. Las cervezas eran para sus últimos placeres.

Se fue con la «mochila del terror» o «kit de Dora la exploradora» a la Casa de Campo, un gran espacio verde de Madrid. Descartó empezar por el azufre, no lo vio claro. Entonces apareció la ketamina, que es un potente alucinógeno, y paradójicamente esa droga le salvó porque con tal colocón era incapaz de manejar el cuchillo, de forma que cuando quiso ahogarse no cayó en un lago sino en un charco ¡despertó con la cara llena de barro!

Una vez recuperó el conocimiento, consciente del fracaso (¿se encogió de hombros y «se fue a currar»?) se dispuso a ir al trabajo. Alejandro calculó que habían pasado unas ocho horas, pero estaba muy equivocado. La policía lo detuvo al reconocerle, pues llevaban su fotografía. Su familia llevaba buscándole DOS DÍAS (no ocho horas desaparecido), ya lo daban por muerto. No podía volver al trabajo porque éste ya había finalizado. Lo llevaron a la clínica tal cual lo encontraron.

Alejandro no se arrepiente de sus intentos de suicidio, porque lo han llevado hasta esta clínica. Ha sobrevivido y ahora tiene esperanza. Se encuentra mejor. «Ha empezado el principio del fin de la Nada». Tiene multitud de proyectos profesionales y personales, transmite buen rollo y empatía. Dice que tiene ganas de trabajar pero tomando más precauciones. Cuenta con el apoyo incondicional de sus amigos y colegas de profesión que le han visitado estos días. Su deseo firme es curarse y no volver a ingresar jamás en ninguna otra parte.

Opina que es injusta la diferencia de trato en una clínica privada respecto a la sanidad pública («allí te quieres morir, sólo puedes ir a peor»). Le parece vergonzoso que cuidar adecuadamente de tu salud mental dependa del dinero.

Nota de Carne de Psiquiatra: ¡perdí tanto la noción del tiempo en el ingreso! Sé que esta entrevista se hizo un jueves por la mañana, sin más detalles. Unos días después del alta le pregunté por su ego enfermo. Afirmó que su ego enfermo se ha disuelto. Además, ha de dejar de llamarse enfermo, si su ego está mal es por una razón interna y es parte de él. Se acepta, ha sanado.

La frase de Alejandro para los lectores:

MÁS FILOSOFÍA Y MENOS PASTILLAS

Moral para la tropa

La clínica sigue repleta de luchadores. Esta bellísima canción, banda sonora de mi juventud y de un país que ya no existe, manda esperanza y fuerza a los soldados. No soy la joven Katyusha escribiendo a su enamorado, soy la superviviente que da su testimonio de que es posible salir de esa trinchera más o menos entero. Un abrazo.

¿Quién arregla ahora este pifostio?

Intentaré abordar el tema desde la serenidad que no tengo, lo mío nunca fue la paciencia por mucho que le dé al estoicismo.

Hace muchos años, en alguna parte del blog anterior (https://carnedepsiquiatra.blogia.com/archivos/) afirmé que dejaría de leer sobre psiquiatría, ni siquiera los prospectos de la medicación.

Al principio de la enfermedad estudié tanto (me autodiagnostiqué) que podía saber más que algún que otro psiquiatra, error, error, el psiquiatra siempre es mi jefe a quien debo obediencia.

Años después, hace dos meses entro toda depre (nada me importa, me quiero morir) en un psiquiátrico y me toca un doctor muy maduro, con extensa práctica clínica, acompañado usualmente de una parejita o dos de alumnos. Me dejé examinar hasta que le dije que no más acompañantes, que a solas. Me sentía una televisión, o un zoo, mira qué ejemplar de pura raza Bipolar I más trastorno de personalidad X (sí amigos, no se es encantador, más bien se tiene otro tornillo suelto).

El sorpresón vino en dos partes: la primera, al retirar la medicación de la farmacia (otra historia de supervivencia de la rancia España). La segunda, al intentar descifrar qué pastillas debía tomar, demasiadas eran nuevas.

¿El problema? Recuerdo muy bien hace años a una doctora en un ingreso en la seguridad social, casi podría entrecomillar «una mujer de tu edad, 50 años, no puede tomar tanta medicación», y esta doctora se dedicó a la poda de la pauta en plan minimalista. Otros doctores de la pública fueron en esta misma dirección.

Por el contrario, el nuevo doctor del psiquiátrico ha ido añadiendo a medida que ha ido escuchando síntomas. Mi hígado resistirá 2 años con semejante montaña de pastillas. Me vuelvo loca preparando las tomas entre esa montaña de cajas.

Hoy me visita la doctora de cabecera, la misma que hace unos meses declinó mi solicitud de eutanasia por no cumplir criterios. A ver si no tendré que repetir

SI NO ME DEJAN MORIR, DÉJENME VIVIR.

Y ahora, quién es el guapo o guapa que me procura una pauta descendente de tanto duplicado y tontería. Por si fuera poco, sigo sonámbula. ¡Estoy que me salgo!

En el seguro no me quedan días de ingreso, sólo puedo acudir a dos psiquiatras en esta ciudad. No me quedan fuerzas hoy para programar citas, me he de centrar en la doctora, la tengo en una hora.

Suerte y mucha deseo para los que siguen ingresados, el consejo que no me piden es que insistan si no están contentos con sus doctores, porque si les dan el alta sin solucionarles nada ya les cuento con mi testimonio que sus caminos serán más complicados.

P.S. ¿Todavía sigue la estupidez del cambio de hora verano invierno? Como si en mi cabeza no hubiera ya suficientes problemas.

60 días de ingreso

Hoy es sábado, 28 de octubre, y desperté en casa.

El pasado 28 de agosto me embarqué en lo que denominé «mi último ingreso» y bien, por resumirlo mucho y mal, sobreviví.

He visto y experimentado lo absurdo, lo tragicómico, la vida como locura y también como burbuja donde se te protege (¿hotel con pensión completa y limpieza?)

Vuelvo al mundo real. Todos dicen que es duro, que cuesta acostumbrarse. Completamente cierto, no es la primera vez que aterrizo de un ingreso.

Prometí subir una serie de entrevistas a otros internos y existen como manuscrito, pero llegó un momento en el que me invadió una nube mental de tabaco y efectos secundarios que me paralizó (ahora tomo más pastillas que antes, menudo avance). También volvieron días depresivos, tuve días de sol y de lluvia.

Poco a poco, vendrán una serie de escritos que me han aportado mucho conocimiento e interés. En las paredes de un psiquiátrico se rompen tabús.

Saludos a los lectores de todos los géneros, a su familia y sus mascotas.